"el diestro luso Pedrito de Portugal choco con un rajado y distraído ejemplar de “El Prado” al que tuvo que seguir hasta tablas para intentar sacar muletazos logrando dejar una buena tanda de derechazos con el característico corte artístico del portugués, sin más opciones fue por la espada dejando una ración entera de acero para recibir cálidas palmas. Con el segundo de su lote poco pudo hacer ante las escasas embestidas de “Isaac”, dejo trazos de su elegante tauromaquia pero sin repercusión en los tendidos buscando a la brevedad el estoque de acero dejando media estocada al segundo encuentro escuchando un recado."